Éstas galletas que os presento hoy son las que ha hecho mi madre toda la vida. Ella acostumbraba a hacerlas en la entrada de verano para las fiestas del pueblo, junto con perrunillas y magdalenas, aunque de estas últimas hacía menos ya que de lo que se trataba era de hacer grandes cantidades para tener casi todo el verano, así que pocas magdalenas y a comérselas las primeras antes que se pusieran duras.
Desde bien chiquitita me enseñó a estar a su lado para que aprendiera a hacerlas, nos levantábamos bien temprano para hacer la masa, ella me iba diciendo lo que tenia que echar y en que medida, yo le echaba los ingredientes y ella los iba amasando en uno de aquellos "lebrillos" de barro que tanto se utilizaban por aquel entonces.
Después de amasadas nos disponíamos a montar la máquina para darle forma a las galletas, esto era lo que más me gustaba, yo dando a la manivela y apretando la masa y mi madre esperándolas al salir para cortarlas y ponerlas en la "lata" para después cuando estaban terminadas meterlas dentro de una "jaula" de madera y llevarlas a la panadería para que las cocieran en su horno.
A media mañana ya podíamos ir a recogerlas, nos las tenían tan cociditas que daba gusto verlas y deseando llegar a casa para catarlas.....Ahora empezaba de nuevo el trabajo había que quitarlas de las latas, entrar con mucho cuidado en las cajas y taparlas para que aguantaran sin ponerse duras y por supuesto limpiar las latas que no eran pocas, esto era lo que menos me gustaba y mira por donde siempre me tocaba a mi.
Bueno después de esta entrada tan larga a lo que no acostumbro, me dispongo a deciros la receta y la forma de hacerlas, no sin antes dedicársela a ella, MI MADRE.
INGREDIENTES:
8 huevos
1 kg de manteca de cerdo
2 kg de azúcar
1 litro de leche
harina la que admita
2 cucharaditas de canela
2 cucharaditas de bicarbonato
PREPARACIÓN:
Tendremos la manteca a Tª ambiente para que esté lo más blanda posible, batimos junto con el azúcar y el huevo, añadimos la canela, el bicarbonato y la leche, todo esto sin dejar de remover.
Agregamos la harina poco a poco y vamos mezclando, seguiremos añadiendo más harina y empezaremos a amasar con los puños cerrados y dando vueltas a la masa de abajo a arriba, haremos una especie de bola y dejaremos reposar al menos una hora en un lugar fresco, yo en la nevera.
Montamos la máquina (os pongo unas fotos para que veáis como es, ya tiene sus añitos)
Nos disponemos a hacer las galletas, cogiendo un poco de masa, echando por la boca de la máquina y dando a la manivela hasta que salga por el tubo dentellado, cortamos con una tijera a la medida deseada, ponemos encima de la bandeja de horno (yo le pongo papel vegetal debajo)
Aquí mi hija Fátima que ha sido hoy mi ayudante.
Llevamos al horno precalentado a 210º durante 12 minutos (tiempo de mi horno) sacamos y dejamos enfriar antes de meter en un taper.
Con estas cantidades que yo he hecho me salen sobre 30 galletas, ya digo según del tamaño que queráis cortarlas. Espero que os gusten y os animéis a hacerlas, yo creo que lo tradicional no deberíamos perderlo nunca.