Los carpaccios me apasionan, los hago de setas, de calabacín, de tomates y sobre todo de salmón (que no falta nunca por Navidad) y hoy le toca el turno al de gambas.
Las suelo comprar ya congeladas, para éste menester es mucho mejor, así te ahorras el paso de tenerlas que congelar antes de hacerlo (por miedo al anisakis)
Es un entrante muy sencillo de hacer pero con un éxito rotundo en cualquier mesa que se ponga, os lo aseguro.
Los tomatitos cherris que le he puesto los tengo en conserva en aceite de oliva, los seco a finales de verano, aprovechando el sol de la mañana. El aceite de conservar los tomates es muy útil para aliñar cualquier ensalada, ya que es muy aromático.
INGREDIENTES:
8 gambas por comensal
el zumo de un limón
el zumo de una naranja
unos cuantos tomates cherris secos
sal
aceite de conservar los tomates
perejil picado
PREPARACIÓN:
Pela las gambas, reservando la cabeza y las colas para usar en otra elaboración, para esta receta no las vamos a necesitar.
Quita la tripilla negra que llevan por la espalda y ponlas unas encima de otras a macerar en la mezcla de los zumos durante una hora, cuando veas que está blanquecina (eso es que se han cocido con los ácidos del zumo) las sacas y las pones sobre papel absorvente.
Una vez escurridas las vas metiendo en una bolsa de plástico con cierre, ponlas un poco separadas unas de otras.
Las aplastas con ayuda de una paleta o de un vaso, han de quedar muy finas y pegadas unas a otras.
Saca de la bolsa con mucho cuidado, lo mejor es cortar la bolsa por los lados, pon el plato de presentación encima de las gambas y le das la vuelta, como si de una tortilla se tratara.
Ahora ya solo queda el aliño, pon sal gorda por encima, los tomates cortados en trocitos, el perejil picado y el aceite.
Puedes aderezar con frutos secos picados, piñones, almendra o si lo prefieres con alguna fruta como manzana laminada o alguna hoja verde. Yo lo hago tal como en la foto de arriba, excepto para "algunos delicados" que la quieren sin cherris.
